abril 05, 2008

Basta de sindicatos docentes

En Blog del Prof. Marianpo Fernández Enguita (Cuaderno de campo) fue publicado un artículo titulado "Cobrar dos veces". Eltexto termina con un parrafo al cual, desde El Verdugo en el Umbral, suscribimos hasta el extremismo. Reproducimos:
  • "Ya lo ven: los sindicatos pasan con pocos escrúpulos de la defensa de los oprimidos a la filosofía de la piñata: ¡siempre queremos más, más por lo mismo, o más por menos! Creo que llegó el momento de decirlo, aunque nos duela: la educación estaría mejor sin ellos".
En el Blog se abrió un debate interesante y de un gran vigencia en Argentina. Todos aquellos que estén pensando en criticar el texto por tratarse de un autor español que escribe cosas de España, tengan a bien pasar por caja a devolver las dosis de vacunas que recibieron de niños y que fueron descubiertas por europeos (un cacho de empatía nunca vienen mal, no?).
Publicamos aquí el texto y dos comentarios...



Cobrar dos veces M. F. Enguita

Cuando empezaba a investigar sobre educación, hace años, una cantinela que me sorprendía, entonces porque me parecía obvio y ahora sé que porque no la entendía, era la de “Esto es vocacional”, referida al trabajo docente. Parece obvio que una profesión de servicio dedicada a la difusión del saber, el desarrollo de las personas, el progreso social… es inherentemente vocacional como sólo pueden serlo muy pocas otras. Tardé en entenderlo, pero al final creo que lo logré.
En el País Vasco, el Departamento de Educación y CC.OO. han acordado un complemento económico para los maestros que son también tutores. La ultracorporativa ANPE exige que se generalice, ya que todo el mundo ejerce algún tipo de tutoría (ser algo más que un busto parlante ya te convierte en tutor, y seguramente no serlo también). Los nacionalistas, ELA, LAB y aquí incluyo a STEE, convocan manifestaciones porque el acuerdo es discriminatorio. UGT denuncia un agravio comparativo.
La única discriminación y el solo agravio que yo veo es que la generalidad de los trabajadores cobran una sola vez por su jornada de trabajo, con todo lo que hay en ella, y reciben incentivos o complementos cuando tienen que dedicar más tiempo o realizar un esfuerzo extraordinario o cuando logran un resultado excepcionalmente bueno. Aquí, sin embargo, CC.OO. comete el error reclamar un privilegio, el pago adicional de lo que ya va en el salario y la jornada, y los demás quieren convertir el privilegio funcional en colectivo. Vocacional quería decir eso: si trabajo más que el mínimo (las clases y poco más, salvo las gripes), incluso en mi jornada, es sólo porque quiero y, si no quiero, no lo hago.
Ya lo ven: los sindicatos pasan con pocos escrúpulos de la defensa de los oprimidos a la filosofía de la piñata: ¡siempre queremos más, más por lo mismo, o más por menos! Creo que llegó el momento de decirlo, aunque nos duela: la educación estaría mejor sin ellos

Comentarios...

Javier dijo...
No pensé yo, Sr. Enguita, que un seguidor de sus textos como yo, le comentara el desagrado que ha producido en mi leer sus palabras. Desde aquellos tiempos de facultad en los que leía con avidez sus teorías y comentaba con los colegas todas aquellas frases y párrafos de sus textos que tanto nos entusiasmaban, hasta ahora creo que usted, va olvidando un poco aquellos conceptos por otros y no se muy bien el motivo.
Quizá el trabajo alejado de la realidad de la escuela no le permita nada más que postular ideas, pero quizá nada más que eso. Los sindicatos conocen más al menos ese día a día que vivimos los maestros, y en especial los tutores, sobre todo los tutores. Usted piensa que nosotros vivimos al limite de las posibilidades del escaqueo y del desmadre colectivo de aprovechar cualquier momento no dedicado directamente a los alumnos para rascarnos la barriga, pero no solo eso, usted piensa que en esta profesión trabajamos con horario de funcionario que ficha, de empleado con jefe, de peón de fábrica.
Yo creo que sabe que los tiempos, sobre todo los tiempos de los tutores, son flexiblemente variables, dependiendo del día. Trabajamos con personas, a las cuales no podemos dejar a la puerta de un colegio abandonadas, trabajamos con personas, cuyos padres vienen antes de la hora de comienzo de la jornada o quieren ser atendidos después de su finalización, ya que su horario de trabajo, no le permite llegar antes.El nuestro si nos lo permite(Eso parece). Nuestra jornada si que es interesante, nadie regula nuestras horas extras,salidas fuera del centro, atención dedicada como tutor y vivimos a nuestro alrededor hartos del tópico de las vacaciones, del tiempo libre...
No quiero profundizar mucho más porque debería usted saber que los miles de tutores, especialista, jamás formados para ninguna de las diferentes tareas docentes, por las universidades españolas, tienen más que justificado ese complemento. No solo eso, si no que fíjese lo que son las cosas, hoy por hoy se premia más adscribirse a un proyecto de bilingüismo, con un incremento de la nómina de unos 100 euros aproximadamente, mientras que quien vela por una formación integral de los discentes, son desprestigiados por la sociedad en general. Y ese agravio no lo cuenta casi nadie.Bueno si, los sindicatos ...esos que prefiere que no existan en nuestro sector.Casi agotado en la lucha el profesorado, menos mal que todavía gente se sienta en la mesa de negociación.
Un saludo y gracias por la atención


El Verdugo en el Umbral dijo...
Parece ser que los miles de kilómetros de océano que nos separan no son suficientes para diferenciarnos.
Aquí en Argentina es muy simular la situación de reclamo de los "sindicatos" docentes. Transformados en empresas que venden cursos que acreditan puntaje para acceder a los cargos en las escuelas y en empresas de turismo de medio pelo, no dejan pasar ninguna oportunidad de salir con bonbos y platillos a reclamar "más por menos". ¿Vocación?.. ja ja ja .. nada de eso. Se trabaja a reglamento (las excepciones a esta regla la confirman definitivamente).
A mi entender el profesor Enguita no solo no parece estar alejado de las escuelas. Por el contrario no conocemos otro hispanoparlante que tenga su aguda y valiente mirada. Su palabra es crítica real. No me sorprende que reciba comnetarios nehativos de parte de docentes que en sus años de juventud lo leían con entusismo revolucionario". No es llamativo que esos ex lectores entusistas no acepten crítica y reclamen religioso espíritu de cuerpo.
Quienes elegimos esta profesión sabemos que exige un plus. Por mi parte el compromiso no es con mi recibo de sueldo. Formo parte de un Pueblo en problemas e iría a la escuela aún gratis. Los lazos que me atan a mi tarea y mi compromiso están fundados en la construcción de un mundo sin esclavos. Por supuesto que quiero mi paga y mis vacaciones.. pero eso corre por otro lado

--
Publicado por El Verdugo en el Umbral para El Verdugo en el Umbral el 2/27/2008 04:53:00 PM

1 comentario:

El Verdugo en el Umbral dijo...

Antes de la metamorfosis, en esta entrada había dos comentarios: uno de Jack Cellies (recomiendo su blog Jugo de ladrillo), quien además tubo la gentileza de recomendar este artículo mediante un link desde su blog y otro de Severian. Como se trat de dos textos respetablñes los rescato de la catástrofe que berrió con el viejo Verdugo:

Por Jakc Celliers
Me gusta mucho esto, está muy bien expresado y es una critica desde la izquierda a los sindicatos burgueses.

Pero esto es exactamente lo que quiere el sistema de un sindicato: "que no sea politico". Si no es politico entonces es una mera herramienta para conseguir "mejoras". Y una "mejora" sería por ejemplo no laburar, o laburar lo menos posible.

Esto es perverso principalmente porque fomenta que la educacion sea un empleo como cualquiera, esto es: de mierda. El sindicato que no lucha politicamente hace lo contrario de lo que se supone hacen los sindicados: educar.

Y antes de que salte al cuello algun boludo con que "eso es elitismo revolucionario" se aclara: educar es una tarea colectiva que todos hacemos con todos. Educar politicamente no es bajar linea con un librito: es abrir el debate sobre esos temas que precisamente quieren mantenerse bajo siete llaves.

Salud.

Por Severian

Hoy andaba por la calle y me sorprendía por la sobreabundancia de uniformes de escuela privada por sobre los antes omnipresentes guardapolvos de la escuela pública. Y al pensarlo apenas un poco y me encontré con una verdad que ya me había ladrado antes: la gente no manda más a sus hijos a escuelas públicas. Éste, que fué el país de la educación pública de excelencia, el ejemplo de alfabetización de America, es hoy un criadero de quinceañeros de camisa y corbata. Da vergüenza.

Un relevamiento entre mis amigos con hijos es doloroso: ninguno manda a sus hijos a escuela pública, aun cuando la mayoría de ellos son egresados de esas escuelas. "Es que ahora no es como antes, hay huelga todo el tiempo, yo tengo que laburar y no puedo quedarme con el pibe dos días por semana"... Eso lograron los paros docentes: entre gritos de "salvar la educación pública" terminaron de destruirla. Los sindicatos deberían estar orgullosos ¿realmente creyeron alguna vez que el hecho de hacer huelga perjudica a su empleador en lo más mínimo (no digamos lo bastante como para que acceda a sus reclamos)? ¿no es obvio que los fantoches neoliberales deberían complacerse de los paros docentes, que han creado generaciones de carne de cañón no-educada?.

Claro que eso sólo es posible en una sociedad hipócrita, que afirma en los cafés que la educación privada es mejor "porque al nene le enseñan administración de empresas desde el jardín", pero en el consutorio del cardiólogo busca con inquietud el diploma de la universidad nacional en la pared, y sale huyendo si en cambio encuentra uno de la católica.