mayo 23, 2008

"¡Qué hijos de puta!, ni en la colimba..."

Se sabe que en la ciudad de Buenos Aires coexisten, medianeras por medio, grandes fábricas de alimentos y villas miserias donde los niños pasan hambre. Terrible ironía que grafica la situación de este país sin más explicaciones.

Pues bien, la escuela no está ajena a esto. No, no piense mal. No están organizando ninguna protesta los docentes. Mire le cuento.
En una escuela del barrio que más riquezas produce en toda la Capital de la Nación se respeta a rajatabla el tradicional almuerzo especial de los directivos (y de los maestros más antiguos).

Sí, mientras los niños comen basura los altos mandos del claustro degluten dos o tres porciones de sapallitos relleno, carne al horno, ñoquis con estofado, todo tipo de ensaladas, jugosos bifes de chorizo, manzana asada, compotas, flan, etc.

Incluso, gracias a la fuerza de las tradiciones, en plena disputa entre el gobierno K y los terratenientes, durante tres días no se sirvió carne a los niños pero si a la directora, la vice y la secretaria. Estas saborearon los churrascos de paleta, crucifijo colgado al cuello, entre lamentos por no haber podido conseguir sus cortes típicos del mediodía docente.
Esta situación fue narrada por algunos maestros a familiares de los niños. Incrédulo, sorprendido e indignado un padre reclamó en vos alta "¡Qué hijos de punta!, ni en la colimba te hacían eso".

4 comentarios:

pedaleador sedentario dijo...

jaja, trabaje en un hiper, durante diez años, comiamos en un lugar llamado "casino", y estaba dividido con manparas. La parte de los "soldados", a la que siempre perteneci, y la parte de los altos cargos, ellos tomaban terma, y nosotros jugo en sobre, ellos tenian abaundancia de manteca y frutas, y nosotros teniamos fruta de devolucion de verduleria.
Eso si, la comida general era para todos la misma salvo la diferencia antes contada.

El Verdugo en el Umbral dijo...

Claro se trata de la misma idea de los privilegios. La mayoría se queja de los privilegios en esta sociedad pero estos mismos están a la caza de cuanta ventaja puedan sacar.
La diferencia entre la colimba y el “hiper” en el que trabajaste con esta escuela es que las maestras comen mejor A LA VISTA DE LOS NIÑOS.
Bueno, como decíamos en otro post, la escuela prepara para la vida. Creo que las docentes lo hacen para que se vayan acostumbrando.
En una de esas, y siguiendo una coherente línea pedagógica, ponen una sala de tortura en un aula para que se empiecen a acostumbrar por si llega otra dictadura. La consigna sería "A mí me duela más que a vos pero es por tu bien"

Anónimo dijo...

Verdugo me gustaria destacar que algunas justificaciones que surgen ante tanta aberracion es que todos toman agua(no hay diferencias) y son dietas exclusivas por recomendaciones medicas.Es terribles que una vez mas los privilegios de algunaos dañen tanto a otros, especialmente en espacios donde se deben nutrir y construir las matrices infantiles.

El Verdugo en el Umbral dijo...

Así es Anónimo/a. Las excusas son típicas del sector social al que pertenecen los docentes. Pequeños privilegios y terror a perderlos.
Ahora ¿te diste cuenta que no se les mueve un pelo por tener esos privilegios? Eso sí, el domingo todos a misa a recibir el cuerpo del Señor.
Son una basura de gente. Lejos de contribuir a la formación sana de los niños son verdaderamente nocivas


Saludos

Pd: no te estarás centrando solo en lo malo de la escuela?